La literatura intertestamentaria: entre el Antiguo y el Nuevo Testamento
En el estudio académico de la Biblia, se ha establecido tradicionalmente una división entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Sin embargo, durante las últimas décadas, ha tomado creciente importancia una tercera sección que, aunque no canónica, resulta esencial para comprender el desarrollo del pensamiento judío y cristiano: la literatura intertestamentaria. Esta literatura comprende un amplio cuerpo de textos producidos entre el final de la redacción de los textos del Antiguo Testamento y el inicio de los escritos del Nuevo Testamento. Abarca obras que, si bien no fueron incluidas en el canon bíblico —como el Libro de Enoc, el Testamento de los Doce Patriarcas, el Libro de los Jubileos, el Salmo 151 o el Apocalipsis de Baruc—, revelan aspectos fundamentales del contexto histórico, religioso, teológico y literario del período.
I. DEFINICIÓN Y CONTEXTO HISTÓRICO
La expresión "literatura intertestamentaria" hace referencia a los textos producidos aproximadamente entre el siglo III a.C. y el siglo II d.C. Su estudio exige una comprensión profunda del contexto histórico que va desde el regreso del exilio babilónico, la reconstrucción del templo (conocido como Segundo Templo), la dominación helenística iniciada con Alejandro Magno, hasta la ocupación romana de Palestina y la destrucción del templo en el año 70 d.C. Durante este extenso período, se gestaron y consolidaron formas literarias y teológicas que influenciaron notablemente la cosmovisión del judaísmo tardío y los orígenes del cristianismo.
II. TIPOS DE LITERATURA INTERTESTAMENTARIA
Literatura apocalíptica
La literatura apocalíptica es una de las expresiones más características del período intertestamentario. Su objetivo es revelar, mediante símbolos y visiones, realidades ocultas o futuras. El término "apocalipsis" proviene del griego apokálypsis, que significa "revelación" o "desvelamiento". Esta literatura surge en un contexto de opresión y crisis, y pretende ofrecer esperanza al pueblo fiel mediante la promesa de una intervención divina definitiva. Entre los textos canónicos que presentan rasgos apocalípticos destacan Daniel y partes de Zacarías y Joel. También los evangelios y el Apocalipsis de Juan, aunque cristianos, heredan ampliamente este estilo.
Literatura apócrifa
Los apócrifos del Antiguo Testamento son textos que quedaron fuera del canon hebreo por diversas razones, entre ellas su lengua (muchos fueron redactados originalmente en griego) y su tardía aceptación en ciertas comunidades. No obstante, algunos fueron incluidos en las versiones griegas de la Biblia, como la Septuaginta, y son reconocidos como deuterocanónicos por la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas. Entre ellos destacan Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, los libros de los Macabeos y adiciones griegas a Daniel y Ester.
Textos de Qumrán
El descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto en Qumrán a mediados del siglo XX revolucionó el estudio de este período. Estos textos, en su mayoría de origen esenio, contienen copias de libros bíblicos, comentarios exegéticos (midrashim), reglas comunitarias, himnos litúrgicos y textos apocalípticos. Su importancia radica en que reflejan una secta judía que convivía con otras corrientes del judaísmo del Segundo Templo, como fariseos, saduceos, celotas y sicarios, y que aportan valiosa información sobre los debates religiosos y teológicos de la época.
Literatura rabínica temprana
Aunque gran parte de la literatura rabínica se desarrolla tras la destrucción del templo en el 70 d.C., su etapa inicial puede ser incluida dentro del marco intertestamentario. Los textos tannaitas, como la Mishná, reflejan el esfuerzo por conservar y sistematizar la tradición oral judía. Estos textos se organizan en órdenes y tratados que abarcan aspectos legales, litúrgicos, éticos y sociales. Rabinos como Hillel, Shamai y Johanan ben Zakkai son figuras clave de este período, y sus enseñanzas conforman la base del judaísmo rabínico posterior.
III. CRITERIOS DE CANONIZACIÓN Y EXCLUSIÓN
IV. APÓCRIFOS DEL NUEVO TESTAMENTO
A diferencia de los 27 libros canónicos del Nuevo Testamento, existen alrededor de 800 textos apócrifos de origen cristiano. Estos incluyen evangelios, hechos, epístolas y apocalipsis que no fueron reconocidos oficialmente. Algunos fueron excluidos por contener enseñanzas heréticas, otros simplemente por falta de difusión. Sin embargo, su lectura permite comprender la diversidad doctrinal y teológica del cristianismo primitivo. Muchos de estos textos ofrecen detalles sobre la infancia de Jesús, su pasión, María, los apóstoles y otras figuras relevantes. Ejemplos notables son el Protoevangelio de Santiago, el Evangelio de Tomás, el de Pedro, y los Hechos de Pablo y Tecla.
V. VALOR E INTERÉS ACTUAL DE LA LITERATURA INTERTESTAMENTARIA
El estudio de la literatura intertestamentaria permite enriquecer la comprensión del mundo en el que vivió Jesús y surgió el cristianismo. Ofrece información sobre los grupos sociales y religiosos de la época, los debates internos del judaísmo, la interpretación de las Escrituras, y los elementos simbólicos que dieron forma a la escatología cristiana. Además, muchos elementos de la tradición cristiana popular, como los nombres de los Reyes Magos, provienen de textos apócrifos.
CONCLUSIÓN
La literatura intertestamentaria constituye una tercera sección no oficial de la Biblia, indispensable para un estudio riguroso de su formación y evolución. Lejos de ser textos marginales, estos escritos revelan una profunda riqueza espiritual, teológica y literaria que conecta el Antiguo y el Nuevo Testamento. Su inclusión en el análisis bíblico contemporáneo permite iluminar aspectos oscuros del pasado y comprender mejor el surgimiento de la fe cristiana en el seno del judaísmo del Segundo Templo.



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